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En las montañas de la locura.

Fragmentos del Necronomicón.

Kadath, la desconocida

Qué hombre conoce a Kadath?
Porque ¿quién sabe de aquel que siempre mora en tiempo desconocido, que no es ni ayer, ni hoy, ni mañana?
Desconocida en medio del Frío Yermo yace la montaña de Kadath sobre cuya escondida cima hay un Castillo de Onice. Oscuras nubes envuelven el enorme pico que destella bajo viejas estrellas donde el silencio cubre las titánicas torres y se levantan murallas prohibidas.
Runas malditas, esculpidas por manos olvidadas, guardan la puerta llena de noche y ¡Ay del que ose pasar por aquellas espantosas puertas!
Los Dioses de la Tierra se deleitan allí donde una vez los Otros pasearon por místicos vestíbulos eternos, que algunos han vislumbrado en oscuros y profundos sueños a través de extraños y ciegos ojos.

La meseta de Leng.

Quien busque hacia el Norte, más allá de la crepuscular tierra de Inquanok, encontrará en medio del helado yermo la oscura y enorme meseta de las tres veces olvidada Leng. Conoceréis la Leng que ha rehuido el tiempo por los malignos fuegos que siempre arden y el espantoso chillido de los escamosos pájaros de Shantak que, muy arriba, recorren el aire; por el aullido de Na-gah que empolla en tenebrosas cavernas y se aparece en sueños a los hombres con extraña locura; y por el templo de piedra gris bajo la guarida de los Lúgubres de la Noche, donde está el que lleva la Máscara Amarilla y vive completamente solo.
Pero guárdate, ¡Oh Hombre! guárdate de Aquellos que pisan en la Oscuridad las murallas de Kadath, por el que perciba Sus cabezas mitradas conocerá las garras de la muerte.

La voz de Hastur.

Escuchad la Voz del temido Hastur, escuchad el lúgubre suspiro del torbellino, la loca impetuosidad del Viento Ultimo que se arremolina oscuramente entre las silenciosas estrellas.
Escuchadlo a El, el de dientes de serpiente, que aúlla entre las entrañas del otro mundo; El, cuyo rugido sin fin siempre colma los cielos eternos de la escondida Leng.
Su poder es capaz de arrancar el bosque y aplastar la ciudad, pero ninguno conocerá la mano que golpea y el alma que destruye, porque el Maldito vaga espantoso y sin cara, con Su forma desconocida por los hombres. Escuchad entonces Su Voz en las horas oscuras, contestad a Su llamada, inclinaos y rezad a Su paso, pero no pronunciéis Su nombre en voz alta.

Acerca de Nyarlathotep.

Acerca de Nyarlathotep.

 

Escucho el Caos que se arrastra llamando desde más allá de las estrellas.
Y Ellos crearon a Nyarlathotep para ser mensajero, Ellos Lo vistieron con el Caos para que su forma pudiese permanecer siempre oculta entre los estrellas.
¿Quién conocerá el misterio de Nyarlathotep? Porque El es la máscara y la voluntad de Aquellos que eran cuando el tiempo no existía. El sacerdote del Eter. el Morador del Aire y tiene tantas caras que ninguna se recordará.
Las olas se hielen ante Ellos Dioses temen su llamada. En los sueños de los hombres El habla en voz baja, aunque ¿quién conoce Su forma?



Para erguir las piedras.

Fragmento del Necronomicón, Abdul Alhazred.

Para formar la Puerta a través de la cual Ellos pueden manifestarse desde el Vacío Exterior, deberéis situar las piedras configurando un cercado de once.
Primero erigiréis los cuatro piedras cardinales y éstas marcarán la dirección de los cuatro vientos tal como rugen en sus estaciones.
Al Norte colocad la piedra de la Gran Frialdad que dará forma a la Puerta del viento de Invierno, grabando en ella el Signo del Toro de la Tierra así:
Al sur (a una distancia de cinco pasos a partir de la piedra del Norte) erigiréis la piedra del Calor Intenso, a través de la cual soplan los vientos de verano, y haced sobre la piedra la marca del León-serpiente así:
La piedra del aire arremolinado se colocará al Este, donde aparece el primer equinoccio y se esculpirá con el signo de aquel que lleva las aguas; así:
La puerta de los Torrentes Impetuosos haréis que se abra en el punto occidental más interior (a una distancia de cinco pasos a partir de la piedra del Este), donde el Sol muere en el atardecer y retorna el ciclo de la noche. Blasonad la piedra con el Signo del Escorpión cuya cola llega a las estrellas:
Colocad las siete piedras de aquellos que vagan por los cielos sin las cuatro interiores y a través de sus diversas influencias se establecerá el foco del poder.
En el Norte, allá en la Gran Frialdad, colocad la primera piedra de Saturno a una distancia de tres pasos. Una vez hecho esto, proceded a distribuir, colocándolas a distancias iguales de separación, las piedras de Júpiter, Mercurio, Marte, Venus, Sol y Luna, marcando cada una con sus signos correctos.
En el centro de la configuración así completada colocad el Altar de los Grandes Antiguos y sellado con el símbolo de Yog-Sothoth y los poderosos nombres de Aza-thothoth, Cthulhu, Hastur, Shub-Niggurath y Nyarlathotep.
Y las piedras serán las Puertas a través de las cuales los podréis hacer surgir desde el tiempo y el espacio Exteriores al hombre.
Rogad a los de las piedras de la noche y cuando la Luna disminuya en su luz, volviendo la cara en la dirección de Su venida, pronunciando las palabras y haciendo los gestos que harán acudir a los Antiguos, haciendo que Ellos anden una vez más por la Tierra.

De los tiempos y las épocas que deben observarse.

Fragmento del Necronomicón, de Abdul Alhazred.

Cada vez que deseéis invocar a Aquellos de Fuera, debéis observar bien las Epocas y Tiempos en los cuales produce la intersección entre las esferas y las influencias llegan desde el Vacío.
Debéis observar el ciclo de la Luna, los movimientos de los planetas, el Curso del Sol a lo largo del Zodíaco y la ascensión de las Constelaciones.
Los Ritos Finales sólo deben realizarse en las épocas que les son apropiadas. Estas son: la Candelaria (en el segundo día del segundo mes), Beltane (en lo víspera de mayo), Lammas (en el primer día del cuarto mes), el Día de la Cruz (en el decimocuarto día del noveno mes) y en Todos los Santos (en la víspera de Noviembre).
Llamad al terrible Azathoth cuando el Sol está en el Signo del Carnero, del León o del Sagitario; en la Luna menguante y en la conjunción de Marte y Saturno.
El poderoso Yog-Sothoth acudirá a los conjuras cuando Sol haya entrado en la llameante mansión de Leo y la hora de Lammas está sobre él.
Invocad al terrible Hastur en la Noche de la Candelaria, cuando el Sol está en Acuario y Mercurio en su aspecto trino.
Suplicad al Gran Cthulhu únicamente en la Víspera de Todos los Santos, cuando Sol mora en la mansión del Escorpión y aparece Orión. Cuando Todos los Santos cae dentro del ciclo de la Luna nueva, el poder será más fuerte.
Conjurad a Sub-Niggurat cuando los fuegos de Beltane brillen por encima de las colinas y el Sol está en la segunda mansión, repitiendo los Ritos en el Día de la Cruz cuando el Negro aparece.

De los antiguos y su simiente.

Fragmento del Necronomicón de Abdul Alhazred.

Los Antiguos fueron, los Antiguos son y los Antiguos serán. Desde las oscuras estrellas Ellos vinieran antes de que naciera el Hombre, sin ser vistos y odiosos, Ellos descendieron a la primitiva Tierra.
Bajo los océanos Ellos se reprodujeron mientras las edades pasaban, hasta que los mares abandonaron la tierra, después de lo cual Ellos salieron como enjambre en todas Sus multitudes y la oscuridad reinó en la Tierra. En los helados Polos Ellos levantaron poderosas ciudades, y en los lugares elevados los templos de Aquellos a quienes la naturaleza no pertenece y los Dioses han maldecido.
Y la simiente de los Antiguos cubrió la Tierra, y Sus hijos perduraron a través de las edades. Los shantaks de Leng son la obra de Sus manos, los Espantos que moraron en las bóvedas primordiales de Zin los conocen como Sus señores. Ellos han engendrado a Na-hag y a los Feroces que cabalgan en la Noche; el Gran Cthulhu es Su hermano, los shaggoths Sus esclavos... Los Dholes rinden homenaje a Ellos en el valle lleno de noche de Pnoth y los Gugs cantan Sus alabanzas bajo los picos de la antigua Throk.
Ellos han paseado entre las estrellas y Ellos han paseado por la tierra. La Ciudad de Irem en el gran desierto Los ha conocido; Leng, en el Yermo Frío. ha visto Su paso, la ciudadela eterna sobre las alturas veladas por las nubes de la desconocida Kadath llevó su marca.
Voluptuosamente, los Antiguos pisaron los caminos de la oscuridad y Sus blasfemias fueron grandes sobre la Tierra; toda la creación se inclinó bajo Su poder y Los conoció por Su perversidad.
Y los Señores Mayores abrieron Sus ojos y advirtieron las abominaciones de Aquellos que asolaron la Tierra. En su ira, Ellos levantaron Su mano contra los Antiguos, dejándolos en medio de Su iniquidad y arrojándolos lejos de la Tierra al Vacío que hay más allá de los planos donde reina el caos y el cuerpo no permanece. Y los Señores Mayores pusieron Su sello sobre la Puerta y el poder de los Antiguos no prevaleció contra su poder.
El odioso Cthulhu surgió entonces de entre las profundidades y montó en cólera con extremada y grande furia contra los Guardianes de la Tierra. Y Ellos anularon sus venenosas garras con poderosos sortilegios y lo encerraron dentro de la Ciudad de R'lyeh, donde bajo las olas dormirá el sueño de la muerte hasta el fin del EóN.
Más allá de la Puerta moran ahora los Antiguos; no en los espacios conocidos por los hombres, sino en los rincones que hay entre ellos. Ellos vagabundean fuera de la superficie de la Tierra y esperan siempre el momento de Su vuelta; porque la Tierra Los ha conocido y Los conocerá en el tiempo a venir.
Y los Antiguos tienen al horrible e informe Azathoth por Su Dueño y esperan con El en la negra caverna donde roe vorazmente en el caos final en medio del loco batir de recónditos tambores, del discordante sonido de horribles flautas y de incesantes bramidos de ciegos dioses idiotas que andan arrastrando los pies y gesticulan por siempre más sin propósito alguno.
El alma de Azathoth mora en Yog-Sothoth y El llamará a los Antiguos cuando las estrellas marquen el tiempo de Su venida; porque Yog-Sothoth es la Puerta a través de la cual Aquellos del Vacío volverán a entrar. Yog-Sothoth conoce los laberintos del tiempo, porque el tiempo es uno para El. El conoce por dónde aparecieron los Antiguos en tiempos muy remotos y por donde Ellos volverán a aparecer cuando el ciclo vuelva a empezar. Después del día viene la noche; los días del hombre pasarán, y Ellos reinarán donde Ellos reinaron una vez. Por su vileza los conoceréis y Su maldición mancillará la Tierra.

Nota del dueño del weblog: Este fragmento puede no ser del genuino Necronomicón, debido a que hay muchas páginas de internet que aseguran tenerlo. Por tanto, dejo al criterio del lector si es o no es un fragmento del verdadero necronomicón, junto con los otros que se publicarán. 

Historia del Necronomicón.

Historia del Necronomicón.

El título original es Al Azif. Azif es la palabra utilizada por los árabes para designar los sonidos nocturnos (producidos por los insectos), que se supone son aullidos de los demonios.

Fue escrito por Abdul Alhazred, un poeta loco del Sanaa al Yemen, que se supone floreció en el período de los califas omeyas hacia el año 700. Visitó las ruinas de Babilonia y los subterráneos secretos de Menfis, y pasó diez años en soledad en el gran desierto del sur de Arabia -el Roba el Khaliyeh [Rub al-Jali], o "Espacio vacío" de los antiguos-, el desierto "Danha" o "Carmesí" de los árabes modernos, que se supone habitado por espíritus malignos y monstruos mortales. Se dicen muchas cosas maravillosas e increíbles de este desierto, transmitidas por quienes dicen haberlo recorrido. En los ùltimos años de su vida, Alhazred permaneció en Damasco, donde escribió el Necronomicon (Al Azif), y muchas cosas terribles y contradictorias se contaron sobre su muerte, acaecida en el año 738 de nuestra era. Ibn Khallikan (biográfo del siglo XII) contó que fue atrapado por un monstruo invisible a plena luz del día y devorado ante la presencia de un gran nùmero de testigos aterrorizados. Alhazred pretendía haber visitado la fabulosa Irem, o Ciudad de los Pilares, y haber encontrado bajo las ruinas de un pueblo desértico sin nombre, los terribles anales secretos de una raza más antigua que la humanidad. Fue un musulmán indiferente, que rendía culto a entidades desconocidas a las que denominaba Yog-Sothoth y Cthulhu.

Hacia el año 950 el Azif, muy frecuentado -aunque en forma clandestina- entre los filósofos de la época, fue traducido en secreto al griego por Teodoro Philetas [o Filetas, segùn otras grafías] de Constantinopla con el título de Necronomicon. Durante un siglo su influencia provocó sucesos horripilantes, hasta que fue prohibido y quemado por el patriarca Miguel. A partir de ese momento, sólo quedan referencias escasas sobre su historia, pero Olaus Wormius (1228) lo tradujo al latín en la Edad Media, y este texto latino fue impreso dos veces: en el siglo XV con letras góticas (obviamente en Alemania) y luego en el siglo XVII (probablemente en España); ambas ediciones carecen de pie de imprenta o señales identificatorias, y han sido datadas sólo por la evidencia tipográfica. La obra, tanto la versión griega como la latina, fue condenada por el Papa Gregorio IX en 1232, poco después de su traducción al latín. El texto original árabe se perdió en la época de Wormius, tal como señala su nota introductoria, y nunca se vio la copia griega -impresa en Italia entre 1500 y 1550- desde que se incendió la biblioteca de un coleccionista particular de Salem en 1692. La traducción inglesa realizada por el Dr. Dee nunca se imprimió, y sobreviven sólo algunos fragmentos recuperados del manuscrito original. De los textos latinos queda uno del siglo XV, que se conserva en el British Museum bajo cerrojo y llave, mientras que otra copia, del siglo XVII, se custodia en la Bibliotheque Nationale en Paris. Hay una edición del siglo XVII en la Widener Library de Harvard y en la Biblioteca de la Miskatonic University en Arkham; y también en la biblioteca de la Universidad de Buenos Aires. Muchas otras copias circulan en secreto, y corre el rumor que una copia del siglo XV forma parte de la colección de un conocido millonario norteamericano. Un rumor más difuso aùn afirma que la familia Pickman de Salem conserva una copia del texto griego del siglo XVI, pero seguro que habrá desaparecido junto al artista R. U. Pickman, que murió en 1926. El libro está estrictamente prohibido por las autoridades de varios países y por todas las ramas eclesiásticas. Su lectura conlleva consecuencias terribles. Se cree que por los rumores que circulan sobre este libro (que pocos del pùblico en general conocen ) R. W. Chambers extrajo la idea de su novela El Rey de Amarillo.

Cronología

730 Al Azif es escrito en Damasco por Abdul Alhazred 950 Traducido al griego como Necronomicon por Teodoro Philetas 1050 Quemado por el Patriarca Miguel (i.e., el texto griego). Se pierde el texto árabe. 1228 Olaus Wormius lo traduce del griego al latín 1232 Edición latina y griega, prohibidas por el Papa Gregorio IX 14... Edición impresa en letras góticas (Alemania) 15... Texto griego impreso en Italia 16... Reimpresión española de la versión latina [probablemente en Toledo, 1647]